Esto ya es historia conocida: desde hace unos días la TSA (Transportation Security Administration) ha optado por realizar revisiones manuales a todas aquellas personas que en los puntos de seguridad de los aeropuertos se nieguen a pasar por uno de esos escáneres en donde no solo se les ven todos sus miembros sino que además se exponen a radiación. El problema es que la revisión manual es por demás intrusiva y mucha gente llega a sentirse humillada, ultrajada o hasta abusada.
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| Prtoestantes a las afueras del aeropuerto de Arizona (Rick Scuteri / Reuters) |
Claro, muchos de los que defienden las absurdas medidas de la TSA dicen que eso les pasa a los berrinchudos y liberales que no quieren pasar por un escáner, pero lo que no llegan a ver es que personas con algún tipo de discapacidad, con alguna enfermedad grave o incluso en estado de menstruación son objetos de estas revisiones. Así, tenemos a una mujer que al usar una toalla higiénica oscureciía la zona de su vulva en el escáner, por lo que fue retirada, la hicieron esperar 15 minutos hasta que encontraron a alguien que quisiera revisarla mientras otras dos observaban y finalmente la dejaron llorando y con un montón de recuerdos que ella creía haber superado de antiguos ataques sexuales.
Ojo que esta mujer no es ninguna tarada, ya que ella misma dice que es "una mujer fuerte y segura de sí misma; una veterana del ejército, trabaja todo el día y va a la universidad, tiene un esposo maravilloso y no le aguanta tonterías a nadie. No dramatiza y no exagera".
Vía: BoingBoing
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